Dice el tópico que el tiempo y la
rutina acaban con el amor, pero eso no tiene por qué ser así. Una relación de
pareja es algo vivo que atraviesa fases, sufre altibajos y cambia
continuamente… no necesariamente a peor. Dedicar tiempo, energía y atención a
la pareja es el secreto para que la relación no se marchite. Aquí, seis
consejos para nutrirla:
Rompan la rutina. Hay rutinas
necesarias para la vida cotidiana, pero también otras que empequeñecen la vida,
al hacerla previsible y aburrida. Salgan de lo conocido, dejen de ir a cenar a
los mismos restaurantes, váyanse de vacaciones sin hacer planes. Es importante
no convertir la relación de pareja en un castillito para dos donde nada nuevo
puede entrar.
Disfruten juntos. No permitan que
las obligaciones cotidianas les roben la sonrisa. El amor necesita atención,
ilusión, gestos de ternura, sorpresas, regalos. Es como un niño con el corazón
abierto. Ríanse juntos y traten de que la alegría presida su relación. Hagan un
esfuerzo por evitar la negatividad, la grosería y las faltas de respeto que
matan el deseo y las ganas de estar juntos.
No teman los conflictos. Por mucho
amor y complicidad que haya, en una relación siempre van a surgir desacuerdos,
discusiones y hasta peleas. Es mejor expresar el malestar que callárselo, pues
esto siempre conduce a la frustración y el rencor. Los desacuerdos son una
oportunidad para conocerse mejor, aprender lecciones y construir una base
sólida para su relación. Y recuerden: nunca tengan miedo de pedir perdón. Es el
bálsamo que suaviza todas las tensiones.
Expresen su amor. Nunca den el
afecto de su pareja por sentado. Aunque tengan una relación estable o estén
casados, él o ella no es de su propiedad. Es una persona que ha decidido amarle
y estar a su lado, al igual que usted. El amor se fortalece cuando la pareja
expresa sus sentimientos, cuando ambos se ponen en el lugar de otro, cuando
dedican tiempo y energía a celebrar su amor, a apoyarse mutuamente, a tratar de
comprenderse y mantenerse unidos incluso en medio de las desavenencias o los
malos momentos.
Tengan una vida propia. Por muy
enamorados que estén, tengan en cuenta que su pareja no puede ni debe colmar
todas sus necesidades afectivas. Es importantísimo que cada uno de ustedes siga
siendo una persona autónoma y razonablemente feliz al margen de su pareja,
porque solo así pueden sumar, aportarse, nutrir la relación. Tengan amigos,
confidentes y cómplices de ambos sexos
con los que pasar tiempo y hablar, desahogarse, compartir aficiones, escuchar,
aprender cosas… Dejen que haya aire entre los dos para que ambos puedan
respirar a gusto.
… Pero recuerden que son una
pareja. Esto implica tomar las decisiones de mutuo acuerdo, compartir la vida
cotidiana, acoplarse, ajustarse, reinventarse. Supone compartir momentos de
felicidad, ternura, complicidad, pero también días en los que no se soporten.
Pongan su compromiso y su mutuo amor por encima de las circunstancias y estados
de ánimo, para no olvidar nunca cuál es la razón por la que están juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario