¿Te ha pasado alguna
vez que estudiaste con un compañero, usaron las mismas estrategias de estudio,
y tú no pasaste el examen y él sí? O bien, tomas clase con el mismo profesor y
¿tú le entiendes y otros compañeros no? ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
Esto que alguna vez nos ha sucedido se debe a que el
aprendizaje es un proceso activo. Eso quiere decir que cada uno de nosotros
elaboramos y relacionamos los datos que percibimos del medio externo de un modo
distinto en función de las características propias.
Esa diferencia en la forma en que percibimos y procesamos la
información se le conoce como estilos de aprendizaje. Nuestro estilo de
aprendizaje es aquel que estadísticamente representa nuestras estrategias para aprender más
usadas. Al respecto, existen distintos
modelos y teorías que hablan sobre ello. Éstos nos ofrecen
un marco conceptual que nos ayuda a entender nuestros comportamientos y el de otros, y el por qué unas actuaciones
producen resultados más eficaces que en otras.
Para tratar de sacar mayores beneficios de las diferentes
posturas las clasificaremos siguiendo un modelo de procesamiento de la información que habla de
entrada, proceso y salida de la misma.
La forma como la persona selecciona la información. Podemos
distinguir el Modelo de Brabe Swassing (uno de los más conocidos) que expone
que existen personas visuales (aquellas
que imaginan, observan, recuerdan colores, esquemas, dibujos), auditivas (leen
en voz alta, recuerdan ritmos, repiten instrucciones) o kinestésicas (se
involucran de modo táctil, se les facilita
asociar a movimientos la información).
Dentro de este esquema también existe la propuesta de Cynthia Ulrich
Tobias en el libro “The way we learn” donde propone que existen alumnos que
perciben la información por medio de los sentidos, a los cuales denomina
concretos, o aquellos que utilizan como referencia el
intelecto o la imaginación que señala
como abstractos.
La información seleccionada la tenemos que organizar y
relacionar. En este esquema entra el modelo de hemisferios cerebrales donde
presenta que ordenamos la información de distintas maneras. Quien sea dominante
en el hemisferio izquierdo será más analítico
y procede de forma lógica (su especialidad será manejar símbolos de
cualquier tipo: lenguaje), en cambio quien tenga tendencia hemisférica derecha
será más emocional (eficiente para la percepción del espacio, global, sintético
e intuitivo). Aunque cada persona utiliza permanentemente todo su cerebro,
generalmente uno es más activo que el otro. En la forma de ordenar la
información, retomaremos algunas ideas de Tobías C.U. (1993) en “The way they learn” donde expone que un grupo de personas puede
ser secuencial (lineal, paso a paso) al que podríamos relacionar con la
dominancia izquierda, o al azar (en trozos, impulsivo, espontaneo, se salta
pasos) el que podríamos vincular con el hemisferio derecho.
Ya organizada esa información la utilizamos de diferentes
formas. La rueda del aprendizaje de Kolb distingue entre alumnos activos,
teóricos, reflexivos y pragmáticos,
modelo que retoman Honey y
Mumford (1997). Los activos aquellos que
disfrutan involucrarse a las situaciones que se les presentan, reflexivos los
que analizan acerca de esas experiencias y buscan percibirlas desde varias
aproximaciones, los teóricos que generan conceptos e integran sus observaciones
en teorías lógicas, y los pragmáticos los cuales son capaces de utilizar esas
teorías para tomar decisiones y solucionar problemas.
Seguramente ya distingues en que forma percibes, ordenas y utilizas lo aprendido, y
seguro ahora comprendes por qué a veces no recuerdas cierta información:
probablemente la vía de entrada o como tratas de procesar la información no es
la adecuada para ti. Asimismo analiza
cómo estas estudiando en esa materia que obtuviste bajos resultados: puede
ocurrir que tu estilo de aprendizaje no respondió a la forma como te
preguntaron, por ejemplo te aprendiste conceptos y te preguntaron ejemplos.
Te invito a que siguas conociendo y desarrollando tu estilo
de aprendizaje para sacar mayor provecho de él.
Mtra.
Ana Cecilia Ruiz Ochoa.
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